Son muchas las ocasiones en las que podemos ver en perfiles de aplicaciones de contactos el término “discreción”: “busco y doy discreción”, “soy discreto”… Si nos paráramos a analizar qué se refieren con ello encontramos dos posibles explicaciones. O bien buscan a gente que después no vayan contando a todo el mundo que han tenido un encuentro sexual esporádico o, desgraciadamente, también pueden referirse a que buscan gente de la que no se sepa que es homosexual o que si van con ellos por la calle, los demás no puedan percibir que lo es por su “pluma” o porque le quiera coger en un momento de la mano o del hombro.
Además, mucha de esta gente que utiliza este término, hablan de ello como si fuera algo positivo. Como si el que se le pueda notar la “pluma” a la otra persona fuera algo de lo que avergonzarse. O que un abrazo de tu pareja por la calle supusiera algo que te fuera a devaluar de cara a los demás.
¿Quién no se ha cruzado en su historial sentimental con alguna pareja con esa forma de pensar? Este planteamiento te obliga a volverte a “meterte en el armario” y, por lo tanto, a renunciar a tu naturalidad y a estar pendiente de tu entorno, a esconderte y va en contra de tu derecho a ser libre y a poder expresarte. No eres tú él que tienes que dar pasos hacia dentro del armario, sino la otra persona la que tiene que salir de ahí.
Esto os llevará a tener que hablar sobre la situación y tendrás que decidir, según lo que te diga, si le darás un tiempo para que evolucione o le sacaras de tu vida porque no te compensa. Pero siempre teniendo claro que estás en tu derecho de no ser esclavo de tu orientación sexual y de que, quien tiene que mover ficha, es la otra persona. Puedes recomendarle ir a un psicólogo especializado en el colectivo de gays y lesbianas que le ayude en el proceso completo de aceptación y “salida del armario”. Recuerda que Tuyo psicólogos estamos en las provincias de Madrid, Valencia, Tenerife y Castellón, y que también hacemos asesoramiento on-line a distancia.