Hace no mucho recibí un pantallazo de un buen amigo. Era un mensaje que había recibido dentro de la aplicación de citas para hombres homosexuales “Grindr”.
A continuación el mensaje:
Después del mensaje adjuntaba la dirección a su página web. Este perfil fue denunciado por mi amigo y eliminado por la aplicación. Sin embargo un tiempo después fue grande mi sorpresa cuando tras comentar el caso con otras personas me hacen llegar un nuevo perfil de la misma persona.
He censurado sus datos personales porque lo último que deseo es darle más publicidad. Así que no me referiré a esta persona por su nombre ni mencionaré la web desde la que opera.
Se habla mucho últimamente de las pseudoterapias y las terapias alternativas y del daño que pueden causar a la sociedad. Desde mi punto de vista una regulación muy estricta en este sentido puede ser muy perniciosa y causar más mal que bien. Sin embargo en determinados casos, como el que nos ocupa, es evidente que el despropósito es mayúsculo.
Para empezar esta persona dice ser coach y psicoterapeuta. Eso es como decir “no tengo formación, aparte de un cursillo online y unos ejercicios espirituales”. No debe engañaros el que use la palabra psicoterapeuta. Por desgracia, en España cualquiera puede llamarse a sí mismo psicoterapeuta, y por supuesto, todos aquellos que se hacen pasar por psicólogos la utilizan. Si alguien os dice que es psicoterapeuta preguntadle siempre si además es psicólogo o psiquiatra, si está colegiado y si tiene habilitación para ejercer como profesional sanitario.
La presencia de alguien así en un lugar como Grindr que debería ser un espacio seguro para los homosexuales es extremadamente dañina. Muchos jóvenes y personas que sienten dudas tienen su primer acercamiento con el mundo gay desde esta aplicación y el perjuicio que pueden sufrir de caer en manos de estafadores como esta persona puede ser muy difícil de revertir.
Simplemente el texto del mensaje y el del perfil son una agresión homófoba por lo que me veo en la necesidad de replicar.
“¿Te gustaría salir de la homosexualidad y tener relaciones heterosexuales?”
Si es así, es normal, los homosexuales sufrimos todavía unas tasas altas de discriminación incluso en el seno de las familias. Lo que te ocurre se llama homofobia interiorizada y es un problema de la sociedad. Es la sociedad la que debe cambiar en este sentido. Tú solo debes trabajar en quererte y respetarte tal y como eres.
“Cada vez más hombres lo solicitan, cansados de perder su tiempo en sexo esporádico y relaciones abiertas que no llegan a buen puerto.”
El sexo esporádico NO tiene porqué ser un problema. Si se convierte en un problema (cosa cada vez más frecuente entre personas de todas las orientaciones sexuales) entonces se puede trabajar en terapia. En una terapia de verdad con un profesional cualificado. Por su parte, las relaciones abiertas tampoco tienen por qué ser un problema. Existen relaciones abiertas exitosas. También existen, por cierto, relaciones homosexuales cerradas, muchas. La relación abierta debe ser algo negociado y consentido siempre por ambas partes. Si no estás a gusto díselo a tu pareja, no acudas a charlatanes.
“Tú puedes dar el paso y cambiar, salir de la mediocridad.”
Lo siento, pero no puedes cambiar. Todos los estudios científicos serios afirman que la mal llamada “terapia de conversión” es inefectiva y terriblemente dañina para aquellos que la padecen. Durante el siglo XX las más altas mentes dentro del mundo de la salud mental intentaron cambiar la orientación sexual con psicoterapias, psicoanálisis, conductismo, hipnosis, medicamentos, electroshock, tortura y abusos sexuales. Todas fracasaron. Esta persona, con su analfabetismo manifiesto tampoco lo va a lograr.
Por otra parte relacionar la homosexualidad con la mediocridad (palabra que le resulta difícil redactar a esta persona) me resulta irónico considerando los genios que desfilan por nuestro pasado, desde Platón, Alejandro Magno, Leonardo, Miguel Ángel, Oscar Wilde, Lorca… Hay que leer y estudiar un poquito.
“Yo puedo ayudarte a salir de la miseria, el sexo esporádico y la soledad.”
Nosotros en TÚ YO Psicólogos también podemos ayudarte a salir de la miseria, el sexo esporádico y la soledad. ¿Y adivina qué? No te hace falta dejar de ser homosexual para eso porque ni la miseria ni el sexo esporádico ni la soledad son maldiciones bíblicas gays.
Por favor, si te estás cuestionando tu sexualidad, sufres o tienes dudas en algún sentido acude a un profesional acreditado. Un psiquiatra o psicólogo colegiado (con formación en la realidad homosexual si es posible), pero al menos que sea alguien con una mínima e imprescindible preparación.
No caigas en las garras de un fanático antigay. Esta persona te odia, odia lo que tú eres y solo busca erradicarlo. Y créeme, se pueden hacer muchas terapias, algunas de ellas alternativas, pero ninguna funciona si se hace desde el odio.