Qué decir de las relaciones de pareja. En un gran número de ocasiones tener pareja no es sinónimo de recorrer un camino de rosas. Las relaciones afectivas, en su mayoría, suelen ser bastante complicadas. Las dificultades no siempre van a resolverse de una manera óptima y sana, llegando a poder alcanzar ciertos niveles de estrés y malestar límites. Cuando al menos unx de lxs integrantes de la relación provoca malestar significativo a la pareja y no se rige por el cuidado mutuo y el respeto, supone una situación de vulnerabilidad psicológica y emocional para la otra persona. Es, entonces, cuando hablamos de relación tóxica.
Pero, ¡ojo! Todxs nosotrxs en algún momento de la relación podemos cometer errores y caer en la toxicidad. Por ello también debemos tener cuidado de no enjuiciarnos o enjuiciar al otro con esta etiqueta. Quiero resaltar que una relación tóxica está caracterizada porque estos errores se perpetúan en el tiempo y tienen cierta continuidad. En muchos casos basta la buena voluntad, la buena comunicación, el buen afecto y el respeto para solucionar el problema puntual y reconducir la situación.
Reconoceremos actitudes tóxicas si éstas conllevan actitudes de control y celosía: molestias por compartir tiempo con otras personas, control sobre mi móvil o espacios personales, chantaje emocional, investiga con insistencia tus redes sociales, son algunos ejemplos. Ni que decir tiene que la falta de respeto y el conflicto son signos que apuntan a una relación tóxica. Algunos ejemplos de ello son que tu pareja se mete o pide que cambies tu forma de vestir, reste importancia a tus logros, te culpabilice constantemente, tome decisiones sin pedirte opinión o consulta, etc. Por último, mencionar que el sexo se puede convertir en otro campo tóxico si notas que tienes relaciones con tu pareja para que no se enfade aunque no tengas ganas, se realizan prácticas que no te gustan o te compara con otras personas.
Hay que tener especial cuidado al identificarlas, ya que muchas de estas actitudes pasan desapercibidas al estar enmascaradas o escondidas tras “las buenas intenciones”. Siempre hay que tener en cuenta que el crecimiento personal y la felicidad es responsabilidad de unx mismx por el resto de nuestra vida. Lo cual no es responsabilidad de tu pareja. Si bien es cierto que estará a tu lado y te acompañará en el camino, no debe responsabilizarse ni ser la persona que frene o ponga bloqueos en tu vida.
A la hora de poner solución a las actitudes tóxicas, recuerda que además de trabajo individual se tiene que trabajar desde la relación. Siempre tener en cuenta los pilares básicos de toda relación sana y satisfactoria: buena comunicación, afecto, confianza y respeto. Tenerlos presentes, cuestionarnos, trabajarlos y cumplirlos van a poder solventar en muchas ocasiones situaciones tóxicas en pareja. En caso contrario es recomendable acudir a terapia y buscar un profesional adecuado que nos ayude a afrontarlo.
Antonio Alcalde