Compersión, la emoción opuesta a los celos
Cuando hablamos de compersión, vemos que los inicios del uso de este término se remontan a 1985, y que es un término que ya tiene un recorrido histórico importante.
Sin embargo… ¿Cómo es que de este término se habla tan poco? ¿Por qué de su opuesto –que veremos enseguida–, sin embargo, se habla tanto? ¿Qué ocurre en nuestra sociedad para que no eduquemos con la misma fuerza alrededor de las emociones que pueden sentirse bien?
¡Hablemos sobre la compersión!
Definiendo la compersión
La compersión es una emoción. Lo que se siente al experimentar esta emoción, tiene que ver con las sensaciones positivas (placer, felicidad, goce, satisfacción…) que podemos percibir cuando vemos a personas creando vínculos con otras personas.
Como podrás estar imaginando ya, la emoción a la que hacíamos referencia ahí arriba al decir que es la opuesta a la compersión, es la emoción denominada como celos.
Este término es más común que sea utilizado dentro de las relaciones no monógamas, concretamente en las relaciones poliamorosas. A pesar de que es muy fácil encontrar que esta emoción DEBE ser la base de la construcción de las relaciones poli, esto es totalmente falso, pues las personas con relaciones poliamorosas no tienen por qué estar “salvadas” de sentir celos.
Algunas de las situaciones que pueden estar provocando que nuestros celos nunca se deconstruyan y alcancen la compersión, pueden tener que ver con:
- Los estilos de apego.
- No experimentar la empatía en estos contextos.
- Problemas relacionados con la autoestima y el autoconcepto. Destacamos la inseguridad.
¿Cómo se puede experimentar la compersión?
Seguramente te lo hayas preguntado ya: ¿Cómo se puede experimentar la compersión? ¿Es algo únicamente exclusivo de las relaciones poliamorosas y eso deja fuera a tode aquelle que sea monógame?
Al igual que otras muchas emociones que socialmente conocemos como “positivas”, poder experimentarlas es cuestión de trabajar en algunos aspectos y superar determinadas barreras.
Para poner en práctica, poco a poco, lo que se puede experimentar con la compersión, puedes realizar alguna de las dos pequeñas tareas que te proponemos:
- Reconoce, verbaliza y felicita los logros –respecto a vínculos creados, objetivos alcanzados…– a las personas significativas de tu alrededor. Estos reconocimientos deben ser genuinos, es decir, si los finges, no podemos hablar de compersión.
- En momentos en los que no puedas experimentar la compersión y, en cambio, sí sientas celos, trata de analizar tus emociones y lograr averiguar de dónde vienen. ¿Se trata de inseguridad? ¿Es una respuesta a experiencias emocionales del pasado en las que lo has pasado mal? ¿Se puede tratar de miedo a ser abandonade?
No es exclusiva del poliamor
Lo hemos dejado para el final, para que te lleves este recuerdo con fuerza. Y es que la compersión no es algo exclusiva de las relaciones poliamorosas.
Puedes sentir esta emoción por tus compañeres de trabajo, por tus padres, por tus hijes, por tus hermanes, por tus amigues… No es algo exclusivo de un vínculo afectivo-sexual: es algo que puedes experimentar por cualquier persona de tu alrededor.
¿Estás preparade para trabajar en la compersión? Contacta con nosotros.