Autoaceptación, ¿Es fácil llegar a validarse y entenderse como una persona queer en la sociedad actual en la que vivimos? Hoy hablaremos del proceso de aceptación que, de forma general, solemos seguir las personas del colectivo.
¿Es fácil alcanzar la autoaceptación?
Cuando comenzamos a identificarnos con alguna de las etiquetas que nos coloca dentro del colectivo LGTBIQA+, la aceptación no es fácil en muchas ocasiones.
Debemos tener en cuenta que vivimos en una sociedad en la que se toleran discursos LGTBIQAfóbicos en la televisión pública, en la que hay una oleada de transfobia en la que hay figuras tan importantes y reconocidas como J.K. Rowling, en la que ser queer (o parecerlo por nuestra expresión) sigue exponiéndonos a un potencial peligro en la calle ante determinadas personas.
Muchas de las consecuencias a nivel psicológico y emocional de no autoaceptarnos pueden ser:
- Baja autoestima.
- Tendencia a aislarnos.
- Tendencia a no profundizar en las relaciones interpersonales, pues pensamos que es “mejor” ocultar esa parte de nuestra identidad al resto.
- Homofobia interiorizada.
- Problemas de ansiedad y de depresión.
La autoaceptación LGTBIQA+: Proceso general
Vivienne Cass (1979) generó un esquema del proceso de la autoaceptación en personas queer. Constaría de las siguientes fases: Confusión, comparación, tolerancia, identidad, orgullo y síntesis.
A continuación, veremos cada una de esas etapas de forma individual.
La confusión
La primera de las etapas es aquella en la que empiezan a resonarnos experiencias queer en nosotres mismes. Comenzar a ver que la atracción que sientes por otras personas no es la normativa, sentir que comenzamos a salir de ese camino prediseñado e impuesto.
Es fácil y esperable que, si no nos encontramos en entornos donde ser queer está normalizado, se ha hablado de ello y se siente como cualquier otra cosa, aparezcan emociones de rechazo, negación o vergüenza y necesidad de ocultación.
Autoaceptación: Llegan las comparaciones
Una vez que la etapa de la confusión nos ha puesto demasiadas pruebas por delante de que quizás eso que hemos sentido “no es ninguna tontería”, llega el momento del primer duelo: comenzar a jugar con la idea de que, efectivamente, es posible que seamos queer.
La comparación sucede con esa persona y esos planes que podrías haber alcanzado en el caso de que fueses una persona cisheteronormativa. Es una etapa difícil, pues el duelo por el que pasamos supone tener presente todas eso que consideramos “pérdidas” al no seguir la heternormatividad.
Es común que en esta etapa se sienta miedo hacia esa etiqueta que nos ronda la cabeza. Es fácil que sintamos ansiedad y veamos que nuestros pensamientos tienden a acabar siempre en escenarios catastróficos cuando pensamos en el futuro.
Fase de la tolerancia
Una vez que esos miedos tan profundos comienzan a normalizarse y se va comprendiendo que ser queer no tiene por qué ser algo tan catastrófico, comenzamos a ver un poco a nuestro alrededor.
Este es el momento en el que comenzamos a buscar referentes de esa etiqueta que nos puede representar, en el que buscamos información, en el que pretendemos encontrar a personas a nuestro alrededor que formen parte visiblemente del colectivo.
Esta es una de las fases más importantes en la autoaceptación LGTBIQA+, pues comenzamos a ver un poquito de luz después de haber pasados malos momentos y haber lidiado, en la mayoría de casos, con la ansiedad, la vergüenza y el miedo.
Llega el momento de la identidad
A medida que vamos normalizando toda la información y todas las experiencias que hemos encontrado en la fase anterior, comenzamos a identificarnos con la etiqueta. Asumirnos, entendernos y validarnos como una persona LGTBIQA+ no ha sido sencillo, pero es aquí cuando comenzamos a sentir que la vergüenza se va deshaciendo, que ya no da tanto miedo ser queer, y que nuestra autoestima o nuestro autoconcepto empieza a definirse.
Orgullo: ese gran momento de la autoaceptación
La etapa del orgullo en la autoaceptación implica la asunción de que, en la sociedad, existen dos grupos: un nosotros (las personas que formamos parte del colectivo LGTBIQA+ y aliados) y un ellos (donde están todas las personas cisheteronormativas).
Esta separación de los grupos hace que nuestra cultura tienda a sumergirse en el primero de los grupos. La necesidad de aceptación y validación por las personas de nuestro grupo está ahí, acompañada por los primeros actos de diferenciación de las personas cisheteronormativas. Suceden esas primeras experiencias a las que llamamos “salir del armario”. A veces por presión, a veces por diferenciación del segundo grupo.
Última fase: Síntesis
La fase de síntesis es aquella en la que la etiqueta como persona queer se asume y comprendemos que es una parte más de nosotres. Que no nos define como personas, sino que es parte de todas aquellas características que, en su conjunto, podrían dar lugar a una definición de nosotres.